jueves, 26 de abril de 2012

El principito

Ese niño llamado Alfredo era el principito de las galaxias. Era el hijo del rey y era conocido como el principito porque a parte de ser joven también era muy bajo. De aspecto era un niño muy dulce de ojos verdes y pelo rubio.

"Cuando yo tenia seis años vi una vez como una lámina magnífica en un libro sobre el Bosque Virgen que se llamaba Historias Vividas. Representaba a una serpiente boa que se tragaba a una fiera. He aquí una copia del dibujo:




El libro decía: <Las serpientes boas tragan sus presas enteras, sin masticarlas. Luego no pueden moverse y duermen durante los seis meses de la digestión>".

Eso es lo que el principito escribió en su diario hace un año. Cuando se encontró aquel libro,  le preguntó a su padre que si lo que decía aquel libro era cierto o no. Su padre le dijo a su hijo que tirara el libro porque lo que contenía era totalmente incierto. Alfredo se desilusionó porque se pensaba que había encontrado un libro de gran valor y en realidad, sugún su padre, era una basura de libro. El principito estaba triste, se fue a su habitación y dejó el libro sobre la mesa. Estuvo abandonado allí durante mucho tiempo.

Un día el principito estaba en su cuarto aburrido y no sabía que hacer. Vió el libro de la boa que estaba encima de la mesa y decidió ojearlo. Intentó imaginarse a una boa comiéndose a un elefante e hizo un dibujo. Hizo este dibujo:



Le preguntó a unas cuantas personas su opinión sobre lo que representaba el dibujo y todos respondían: un sombrero, así que Alfdredo decidió hacer un dibujo más claro:
Después de hacer este dibujo, volvió a preguntarle a la gente que si sabia lo que era el dibujo, y esta vez si que acertaron todos, pero le dijeron que era un dibujo muy raro e irrealista y le aconsejaron dibujar otras cosas como paisajes, personas... Pero al principito no le gustaba dibujar ese tipo de cosas porque eran aburridas y corrientes. Alfredo se volvió a desilusionar porque a nadie le gustó su dibujo y porque no existían las boas que comían elefantes. El niño triste dejó el libro tirado encima de la mesa otra vez y dicidió no volverlo a abrir.

Alfredo un día se enteró por las noticias que estaban desapareciendo cada vez más animales y que no sabían que estaba pasando. Alfredo se acordó del libro, pero como habia decidido no volver a abrirlo, no lo hizo. La semana siguiente volvió a ver las noticias y decían que estaban desapareciendo muchísimos animales y que las serpientes se habían hecho gigantescas pero estaban todas muertas. Ya practicamente no quedaban animales... Era un desastre. Alfredo estaba alucinando. ¡Lo que decía aquel libro era totalmente cierto! El principito no podia quedarse de manos cruzadas sabiendo lo que estaba pasando, así que decidió volver a enseñarle el libro a su padre. Su padre, que era el rey, le enseñó el libro a los cuidadores de animales de su galaxia. Toda la galaxia fue informada de lo que estaba sucediendo con las boas. Todos tenian miedo de que las boas se comieran a los humanos, asi que los cuidadores de animales tuvieron que hacer lo siguiente: como las serpientes estaban haciendo la digestión durmiendo, le sacaron a cada una la fiera que llevaban dentro y las devolvieron a su hábitat, mientras enjaularon a todas las boas para evitar que se apoderaran de su galaxia.

De no haber sido por el libro que el principito se encontró, su galaxia se hubiera convertido en la galaxia de las boas.